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EXTRAÑAS HUELLAS EN SEMBRADOS DE GIRASOL
Juan Pablo Gómez
Era
el 11 de Diciembre de 1994 cuando Daniel
López, Carlos Ingaramo y quién esto escribe, recorríamos por enésima
vez los caminos de Roque Pérez, ciudad de unos 10.000 habitantes,
distante a unos 130 km. al SO de la Capital Federal.
En esta región, a partir de agosto de ese mismo año, se había desatado
una importante actividad OVNI que nos llevó meses de investigación.
Salvo raras excepciones esta oleada pasó desapercibida para los medios
de comunicación y, por ende, para la opinión pública en general. Los
primeros indicios de la "oleada oculta"- como decidimos llamarla- comenzaron
a gestarse en el lindante Partido de Lobos, con observaciones aisladas
durante los meses de mayo, junio y julio. En los primeros días de agosto
ya habrían de ocurrir dos interesantes casos en los alrededores de la
Laguna de Lobos para luego, a partir del 9 de agosto, cernirse de lleno
sobre Roque Pérez. Pocas veces los investigadores tenemos la posibilidad
de descubrir y seguir muy de cerca hasta su culminación, o mejor dicho
hasta que las observaciones retornan a su promedio normal, una oleada
OVNI, en una región determinada. Por lo general nos enteramos de éstas
una vez desatada, cuando el fenómeno alcanzó su pico máximo, perdiéndose
importantes datos para el análisis. Sin embargo a Roque Pérez, por "cosas
del destino", llegamos a tiempo. Pero en próximas entrega nos explayaremos
sobre la oleada en sí, la investigación y el estudio posterior sobre
todo lo acontecido en aquella región. Ahora volvamos donde me había
quedado. Recorríamos la polvorienta Ruta 20 - decía - que une Roque
Pérez con Beguerí, en busca de los protagonistas de una interesante
observación que había acontecido el 28 de octubre, cuando en unas de
las estancias, a la vera del camino, nos pusieron al tanto de un nuevo
y curioso hecho: la aparición en un lote de girasol de tres extrañas
huellas circulares. Muy a nuestro pesar, quién nos daba cuenta de la
noticia desconocía el nombre del propietario del campo y la ubicación
del mismo, tan solo sabía que el descubrimiento había sido muy reciente.
No era la primera vez que iniciábamos la investigación de un caso con
tan pocos datos pero confiábamos que tarde o temprano daríamos con el
propietario del campo aunque fuera necesario peinar cada palmo de la
región. Y otra vez el "destino" quiso que, a ultima hora de la tarde
y luego de una intensa jornada de entrevistas, nos cruzáramos con los
hermanos Allegreti. La fortuna evidentemente estaba de nuestro lado
pues justamente uno de ellos además de confirmarnos el caso también
conocía a los inquilinos del campo -los hermanos Ferranti- de excelente
reputación en la zona. Según
Allegreti, el sembradío estaba ubicado cerca del La Paz Chica, un pueblito
a 7 Km al oeste del casco urbano de Roque Pérez, y él, incluso, había
tenido oportunidad de visitar el lugar. Obviamente no nos conformamos
con su descripción y le pedimos conocer a los Ferranti. Dado que ese
día no pudimos dar con ellos, pospusimos nuestra inspección al lugar
del descubrimiento hasta nuestra próxima visita.
Sábado
17 de diciembre de 1994. La Paz Chica. 13.45 h.
El sol castigaba
duramente sobre nuestras cabezas, el calor del mediodía se hacía sentir,
aparcamos los coches a un lado del camino, y bajamos los elementos para
la obtención de muestra. Teníamos frente a nosotros un campo de 60 hectáreas,
como tantos otros, sembrado de girasol. Enrique Ferranti, uno de los
hermanos, nos condujo por entre los girasoles, que tan solo alcanzaban
unos 30cm. de altura, mientras nos iba contando como habían descubierto
las extrañas marcas. El último día que habían trabajado y controlado
el sembradío fue el 30 de noviembre, hasta entonces todo estaba normal.
Una semana después - el 8 de diciembre- pusieron nuevamente manos a
la obra y comenzaron a escardillar el campo, cuando en la primer pasada
hicieron el descubrimiento. Uno a uno los círculos fueron apareciendo
ante la mirada atónita de los trabajadores, que prefirieron no pasar
la maquinaria sobre éstos. Dado que no deseaban que su campo se viera
invadido y pisoteado por un sin fin de curiosos deseosos de ver las
huellas, prefirieron mantener las reservas del caso, aunque confesaron
el descubrimiento a sus más allegados. Por nuestra parte, y como tenemos
por costumbre ante el pedido del testigo, cumplimos en no hacer público
el descubrimiento hasta después de la cosecha. Esto a su vez nos permitió
trabajar con mayor tranquilidad.
Las
marcas
La primer huella
que observamos estaba a unos 150 m. del alambrado perimetral, en el
sector oeste del campo, se trataba de un circulo de 12 m. de diámetro
donde en su interior el girasol estaba totalmente deshidratado, solo
se mantenían en pie algunas malezas como el sorgo de alepo y el maíz
guacho. Las plantas en todo el perímetro, en cambio, presentaban una
curiosa deformación: se encontraban dobladas - aunque no quebradas-
hacia fuera, para luego recuperar la verticalidad en un ángulo de 90º,
continuando con su crecimiento. La segunda marca, estaba a unos 300
m. al norte de la primera, y medía 11,8 m.; y la tercera, estaba a unos
193 m. al este de la segunda, ésta última de forma elipsoidal media
11 m. x8 m.. Ambas
presentaban las mismas características que la primera. En ninguna se
descubrieron marcas u orificios en la tierra, tampoco- y esto era importante-
se había utilizado fertilizantes. Hasta el día de hoy están catalogadas
como "huellas no asociadas", pues no hubo observación directa de luces
extrañas o fenómenos aéreos anómalos que pudiera relacionarse a su aparición.
Aunque, no puede dejar de llamar la atención, el hecho de que ocurriera
en los alrededores de Roque Pérez, dentro de la región que, como bien
decía al inicio, desde el mes de agosto, se viera asediada por el fenómeno
OVNI.
El
análisis
Luego de realizar
las correspondientes mediciones y fotografiar cada una de las huellas,
procedimos a obtener muestras de su interior y las etiquetamos con las
siguientes leyenda " ZONA 1" (Z1), "ZONA 2" (Z2) y "ZONA 3" (Z3) tomando
en cuenta el orden arriba mencionado, y extrajimos una cuarta muestra
de tierra- "ZONA B" (Zb)- de un sector donde el girasol se encontraba
en perfectas condiciones, a unos 15 m. de distancia de la marca 1. Ya
de regreso en Buenos Aires, las enviamos para su análisis a los laboratorios
del INTA. Los resultados fueron los siguientes:
DATOS
ANALITICOS DEL PERFIL NRO.
NUMERO
DE LABORATORIO |
1058
|
1059 |
1060 |
1061 |
Horizontes
- Capas |
Zona1
|
Zona2
|
Zona3 |
ZonaB
|
Factor
de humedad |
1,01
|
1,01
|
1,02 |
1,03 |
Materia
orgánica % |
4,72 |
3,84 |
5,36 |
3,53 |
Carbono
orgánico % |
2,74 |
2,23 |
3,11 |
2,05 |
Nitrógeno
total % |
0,23 |
0,20 |
0,27
|
0,19
|
RelaciónC/N |
11,9 |
11,1
|
11,5
|
10,7
|
Fosforo
asimilable (ppm) |
16,1 |
8,4 |
38,5
|
6,3
|
Nótese
el desmesurado aumento de Fósforo asimilable, mientras en la Zb hay
6,3 ppm en la Z1 hay 16,1 en la Z2: 8,4 y en la Z3: 38,5. Aumento que
llamó poderosamente la atención del ingeniero que realizó el análisis.
Era como si, en esas zonas, se hubieran echado cantidades desmesuradas
de fertilizantes o abono, cosa que no había ocurrido. Se descarta la
acción de microorganismos que afectaran a los girasoles, las plagas
no dejan este tipo de marcas, además no se explica el porque de las
malformaciones de todas las plantas del perímetro. En verdad era extraño.
Pero, las sorpresas iban a continuar. En el mes de enero de 1995 decidimos
emprender un viaje a la ciudad de Rufino, al Sur de la Pcia. de Santa
Fe. En esta oportunidad se sumaría Claudio Miszka. Allí, según nos informaran
los excelentes investigadores del IFOR (Investigadores del Fenómeno
OVNI de Rufino), los señores Norberto Mollo y Juan José Mecchi, también
habían aparecido huellas en sembradíos de girasol que presentaban las
mismas características que las que acabábamos de investigar en el sudoeste
de la Pcia. de Bs. As.. Visitamos junto a los colegas cada una de las
huellas y, efectivamente, eran un calco de las encontradas en Roque
Pérez. El IFOR, que realizó una minuciosa investigación de las mismas,
nos remitió los informes:
Caso
"La Amalia". Fecha probable:28 de noviembre de 1994.
El Sr. Camilo
Lisiardo descubre en un lote sembrado de girasol que alquila, una extraña
marca: un círculo de unos 13,5 metros de diámetro en donde el girasol
se halla totalmente deshidratado y doblado. Este hallazgo se realiza
el día 29 de noviembre, por lo que supone que la huella fue hecha el
día anterior. El sitio se denomina Colonia La Amalia y dista 31 km.
al sudoeste de Rufino, y ya se encuentra en el Departamento Presidente
Roque Sáenz Peña, Pcia. de Córdoba...". "Los estudios de radioactividad
dieron valores de 0 para rayos beta y valores de 32 a 37 para rayos
gamma, cifras que indica la ausencia de radioactividad. Estos estudios
fueron realizados en Buenos Aires por el Físico Nuclear Sr. Mestorino.
Los análisis químicos realizados por el Ingeniero Sola dieron valores
sorprendentes:
CUADRO:A
Parámetros
|
Fuera
de la Huella |
Dentro
de la huella |
Variación |
Nitratos |
53
ppm |
101
ppm |
(+)90,6%
|
Fosfatos
|
14,0
ppm |
36,8
ppm |
(+)162.9
% |
Mater.Orgánica |
2,22%
|
1,50
% |
(-)
67.6 % |
PH |
6,4 |
6,5
|
(+)
1.6% |
Caso
"Establecimiento San Francisco". Fecha probable: 16 de diciembre de
1994.
Al día siguiente
(17) el Sr. Berolusso, que es propietario de dicho campo, halló una
extraña huella en su lote de girasol de forma más o menos esférica (
17 metros norte-sur y 16 metros este-oeste). El girasol y las malezas
presentaban las mismas características que en el caso de La Amalia;
deshidratadas y dobladas. El sitio se ubica a 40 km. al NNE de Rufino,
en la provincia de Santa Fe, y se extrajeron muestras de tierras y de
vegetales para su análisis..." "En este caso no fueron hechas las pruebas
de radioactividad, pero si los análisis químicos, que al igual que en
La Amalia, mostraron valores muy desiguales":
CUADRO
B:
Parámetros
|
Fuera
de la Huella |
Dentro
de la huella |
Variación |
Nitratos
|
36
ppm |
106
ppm |
(+)194,4%
|
Fosfatos
|
14,1
ppm |
25,4
ppm |
(+)
80.1 % |
Mater.Orgánica
|
2,54% |
1,38
% |
(-)
54,3 % |
PH |
6,4 |
6,5
|
(+)
1.6% |
"Hipótesis:
Radiación calórica de mucha intensidad pudo provocar la alteración química
del suelo". "Conclusión: Consultados dos ingenieros agrónomos coincidieron
en afirmar que la profunda alteración química del suelo podría deberse
a un fenómeno de mineralización de la materia orgánica, producto de
elevadísimas temperaturas. La disminución de materia orgánica observada
en ambos casos llevaría, en un proceso biológico normal, de 15 a 20
años de laboreo intensivo de un campo. Sin embargo, la materia orgánica
disminuyó, esos valores en horas o minutos. Los incrementos observados
en Fosfatos y Nitratos, según las fuentes consultadas, se deberían a
elevadas temperaturas y no a la acción de microorganismos, como ocurre
naturalmente". Como se puede ver, las semejanzas entre unas y otras
son más que evidentes y no dejan de sorprender.
Otras
Opiniones
El pionero ufólogo argentino Angel Alberto Díaz, Licenciado en Geología,
tuvo la posibilidad de estudiar los tres casos que aquí se exponen y
analizar los resultados de los mismos. En su informe titulado " Estudio
de las huellas OVNI de la EA. San Francisco, Ea. La Amalia y Roque Pérez-
Nov.- Dic./94) concluye planteando la siguiente hipótesis: "Aplicables
en general, a los 3 Casos de Huellas y en particular a los Casos La
Amalia y San Francisco. Un fenómeno OVNI se aproxima al suelo y por
contacto físico directo, o acción de resultantes de fuerzas de un campo
de energía, dobla las plantas subyacentes (a ras del suelo: R. Pérez,
La Amalia; a 12 cm. del suelo: San Francisco). En el perímetro, la acción
cesa bruscamente, produciendo una terminación neta de la huella. Se
genera un incremento térmico, estimado en alrededor de 100º c. (o algo
más) para la superficie, pero de muy breve duración, que no produce
ignición de los vegetales verdes. Produce la muerte en los vegetales
(girasol y malezas) del interior de la Huella, en forma homogénea. En
el perímetro , algunas plantas son dobladas y afectadas, pero no mueren,
creciendo por algún tiempo. En consecuencia, vuelven por efecto del
geotropismo positivo, a la vertical, generando un segundo doblez en
sus tallos. Por lo general, estas plantas afectadas, terminan por morir.
En el suelo, el calor intenso y penetrante (quizá el tipo generado por
microondas), produce la alteración de la Materia Orgánica, incrementando
marcadamente la proporción de Nitratos y Fosfatos; así disminuye también
la Materia Orgánica, empobreciendo el suelo. Es probable también la
alteración de algunos minerales. Hay una alteración gaseosa y pérdida
de agua (humedad). La acidez decrece levemente, probablemente por pérdida
de Materia Orgánica. En consecuencia, en la Huella, además de la muerte
de Las plantas cultivadas y de Las afectadas que mueren después, hay
un empobrecimiento del suelo desde el punto de vista agronómico.". Otra
opinión similar a la del Licenciado Angel Díaz nos la brindó el investigador
inglés Andrew King, Secretario del Centro Para el Estudio de los Crop
Circle, de Kent, Inglaterra, a quién le remitimos los resultados y las
fotografías que ilustran esta nota. Al respecto de las huellas, nos
dijo: "...Me parece muy impresionante (refiriéndose a los resultados
de los análisis), respecto a los datos del aumento de niveles de nitratos
y fosfátos dentro de las huellas, en los dos lugares (por Buenos Aires
y Santa Fe). Además el efecto sobre los tallos del girasol...me indica
que se han hecho por una fuerza bastante similar a lo que está involucrado
en la creación de crop circles, con la diferencia que en éstos últimos,
la fuerza tiene una intensidad un poco más suave. Me parece que las
huellas en girasol indican zonas de aterrizajes de ovnis, con la transmisión
de fuerzas similares a microondas, aunque existe combinaciones de campos
electromagnéticos producidos por ovnis que todavía no entendemos y las
cuales pueden afectar el ambiente material orgánico de maneras no bien
conocidas...". A decir verdad, todavía no hemos podido encontrar una
explicación satisfactoria que eche luz sobre la información de estas
extrañas marcas en los campos. La naturaleza de este raro fenómeno no
parece de origen meteorológico, pues como se ve solo afectó al girasol
y no al resto de la maleza que se descubrió en el interior de las marcas.
Tampoco hallamos explicaciones satisfactorias para la mal formaciones
que afectaron a las plantas del perímetro. ¿Enfermedades del cultivo?
Según los ingenieros agrónomos consultados los hongos no actuarían de
esa manera. ¿OVNIs? a la primera intención de respuestas pareciera que
no, ya que no se registraron avistamientos en esos lugares puntuales,
cuando menos en fechas cercanas. Sin embargo, al consultar la casuística
nacional no solo hemos encontrado numerosos casos de apariciones de
círculos idénticos (incluso en otras especies de cultivo como soja y
maíz) sino también, en algunos de ellos, con testimonios que hablan
del sobrevuelo de extrañas luces nocturnas donde posteriormente se hallaron
las marcas. Casos que expondremos en una próxima entrega. Sin lugar
a dudas hay que seguir investigando.
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